martes, mayo 02, 2006
TORRENT: Momentos curiosos (II)
Domingo por la mañana en el hotel de Valencia. Recogemos nuestros bártulos para dejar las habitaciones y planeamos la distribución del personal en los coches para ir a torrent, a la entrega de premios. Mientras unos pagamos en recepción y otros protestan con razón por los sensores de movimiento del minibar (sacamos todo lo que había en la neverita para llenarlo de nuestros desayunos!), el resto saca los coches del garage y cargan los equipajes.

El primero en sacar el coche es JuanLu, y el resto nos acercamos a admirar su 944 y a escucharle hablar del "porschete". Este chico valía para orador, allí nos tuvo a todos en corrillo mirando el motorcito mientras nos contaba la historia del diseño rechazado por Volkswagen y nos enumeraba las muchas piezas que comparte con el Golf, el Passat y otros tantos modelos de la marca alemana.

Yo me monté en el asiento del piloto... bueno, montarme, lo que se dice montarme no, me encajé dentro como buenamente pude, que aquello era muy angosto para mis casi 1'85m. Al salir, JuanLu se me acerca y me dice "¿tu te vienes conmigo, no?" Coño! Claro!! Asi que me echó el asiento del copiloto todo lo atrás que pudo, me senté y me calcé el cinturón de seguridad. Esto promete emociones nuevas!!!

Lo primero que me llamó la atención fue la posición. Vas sentado con el culo casi a la misma altura que los pies, lo que obliga a una peculiar postura "sillita de playa", con las piernas estiradas hasta el infinito y más allá. El tablero de mandos queda completamente vertical, muy distinto a los estilizadosd coches actuales. Una vez dentro parece que haya montado en la máquina del tiempo: las puertas no hacen PLOM, hacen CLACK; los botones están durísimos y suenan muy secos, como los interruptores de la casa de la abuela en el pueblo; incluso la tipografía usada en el pomo de la palanca de cambios hace que me venga a la cabeza el fiestilla bravo II con el que mi padre nos llevaba parriba y pabajo cuando yo era un mico y mi hermano llevaba pañales.

Mientras salimos del hotel, Juan Luis me cuenta las comodidades de su coche: dirección asistida, clima, ventanillas electricas, cierres centralizados... si si, hoy en día lo tienen todos los coches, pero en 1986... ¿cuántos lo tenían? Primer semáforo: Miro hacia las plazas traseras y lo que hay es un escalón tapizado donde solo cabe un muñequito de Spiderman; miro por la ventanilla y veo que estoy un pelín mas alto que la rueda de un Golf modernísimo que hay parado a mi derecha.

Así que semáforo verde y allá vamos, pisotón al acelerador, embrague-segunda, tironcitos, "es que el coche esta frío aún", pisotón otra vez y yo que miro por el retrovisor y veo que el golf de antes se ha quedado, literalmente, a tomar por culo en aquel semáforo a lo lejos. Esto mola!! Vemos un coche de policia delante de nosotros, asi que conducción urbana un ratito. "En ciudad, se conduce igual que cualquier otro coche, y además no chupa mucho más que un gasolina cualquiera llevándolo tranquilo". Vemos que el coche de policía sigue recto y giramos a la izqda en la glorieta "Las gomas de atrás las tengo muy gastadas, mira lo que pasa" y efectivamente, al pisarle con ganas en el interior de la glorieta el coche se va de lado, asi que contravolante y gas. Que pasada! La inercia inclina el coche como si quisiera ponerlo en dos ruedas y noto como las suspensiones trabajan, devolviendo el coche a su posición horizontal de forma instantanea. Hemos salido tan fuertes de la glorieta que se nos ha quedado la avenida entera para nosotros solitos, asi que ahí vamos otra vez, la espalda pegada al asiento, los escapes soplando a lo bestia por detrás, el morro inclinado hacia arriba... no he mirado el velocímetro ni pienso hacerlo, no quiero perderme nada en absoluto. Desde dentro no se nota demasiado la velocidad, pero por la cara que han puesto los peatones en el semáforo (caray como frena el porschete, fiuuu) creo que sí que íbamos un poco deprisa.

Hacemos un par de glorietas más: entramos en tercera, reducimos a segunda, pisotón, el motor ruge, el tren trasero nos intenta adelantar (como al Ragnotti!), contravolante y gas, recta a fondo y freno a poquiiiitos metros del semaforo. Yo daría dos o treinta vueltas más, pero hay que ir a Torrent a recoger los premios, asi que enfilamos la autopista tranquilitos (¿a unos 180? ¡No me dio tiempo a mirarlo!) por el carril de la izquierda. "Estos coches gastan muchisimo freno. En carretera, el que va delante te ve a lo lejos en el retrovisor y cuando se quiere dar cuenta estás encima suyo y no le ha dado tiempo a moverse a la derecha, asi que hay que estar echando el pie al freno constantemente" me contaba JuanLu.

En torrent nos perdimos, y pudimos comprobar como el coche sigue girando cabezas por la calle a pesar de tener ya 20 años. Después de preguntar varias veces conseguimos llegar al auditori. Fin del trayecto. Al bajar del coche, con el culo a la altura de la acera, pensé que lo más cómodo sería salir como Rambo, rodando por el suelo, pero claro, uno ya va teniendo una edad y una reputación que guardar, así que nada, unos cuantos "uuuuiiigh, ooooopas, arrrrriiiiba" y conseguí salir. Ya en el auditori, los demás me preguntaban "¿que tal?", y yo con gusto que lo contaba, y a los que no me preguntaron, también se lo conté: Impresionante.

Gracias JuanLu por el paseíto!