miércoles, marzo 11, 2009
Guía para principiantes: Un provence de rallyes
Aprovechando que he encontrado por ahí un CD con las afotos del montaje de un par de ibizas en 1:43, voy a contar paso a paso cómo se construye una maqueta normal y corriente en esta escala, por aquello de despejar dudas a los no iniciados y ya de paso a ver si los chicos del plástico se animan a probar un 43ito. El caso es que hace poco un forero de miniruedas me preguntaba sobre esto, asi que espero que le sea útil.

La maqueta es un Ibiza kitCar del 97, de Provence Moulage. Para leer más sobre la impresión que supone que un Provence sea tu primer 1:43, leer aquí.

Una vez superado el trauma que produce el ya famoso olor a pis de la resina, esto es lo que nos encontramos dentro de la caja: Una carrocería, una pieza con los interiores all-in-one, un acetato vacuoformado con lo que se supone que son las ventanillas y una bolsita con piezas, a saber: 4 aros de aluminio, 4 neumaticos, un palo con 4 llantas (solo los radios), un alfiler que pretende ser la palanca de cambios, un par de espejitos, una rueda de repuesto moldeada en una sola pieza y una planchita de fotograbados un tanto salchicheros. Os pongo unas afotillos de las piezas principales, tal y como salen de la caja:



Lo primero es encontrar los fallos de la resina: en este caso los asientos están llenos de pompitas debido a una mala inyección y por culpa de esto los cinturones se han echo migas. Nunca entenderé el porqué de incluir los cinturones en los asientos antes de hacer el molde, con lo sencillo que hubiera sido ponerlos aparte. También hay alguna pompita en la zona de las taloneras, marcas de los respiraderos del molde y bastante flash en los huecos de las ventanillas. Nada que no solucione un poco de lija y masilla.



Una de las cosas a destacar de las maquetas de Provence Moulage son sus increíbles panelados. Las líneas marcadas en la carrocería son las más finas de todo el mundillo 43ista que conozco, lo que le da un realismo difícil de encontrar en el resto de marcas. Eso sí, no da concesiones a la hora de pintar y esta chupao borrar puertas y marcos si se carga mucho de pintura. Yo no me la juego y les doy un repaso con la cuchilla antes de proceder, por si las moscas.

Otra cosa que hay que hacer antes de sacar el aerógrafo es re-perforar los agujeritos, en este caso los dos de las antenas. Lo ideal hubiera sido taladrar también donde van enganchados los retrovisores y meterles a estos un vástago que ayudaría muy mucho a la hora de colocarlos.



A mí me gusta meterle una tuerca a la carrocería para atornillar el coche a una peana y que no se menee cuando haya que transportarlo, así que ya que tenemos el minitaladro en la mano, pues hacemos el bujero pertinente, encastramos la tuerca y la fijamos con epoxy. Tambien recomiendo atravesar el suelo de la maqueta con el taladro en el punto donde irían las barras centrales de la jaula, lo que nos ayudará bastante después cuando toque rehacerla.



Una vez quitados los restos de resina de las ventanillas, es el momento de calzar los vacus, antes de llevarnos desagradables sorpresas por sobar la carrocería una vez pintada. Asín que nada, recortamos las ventanillas una a una y las vamos probando y lijando hasta que cuadren perfectamente. Hay quien prefiere pegar toda la pieza vacuoformada de golpe, pero ésta rara vez encaja bien.



Ya tenemos todo debidamente saneado, es hora de dar la imprimación. La blanca de tamiya para mí es de lo mejorcito: queda fina, cubre mucho, estira bien y seca rápido. Como veis en las afotos, una vez imprimada la carrocería me aparecieron unas micropompitas que amenazaban con arruinar el acabado final, así que nada, despinting, rellening y vuelta a empezar. No tengo más fotos de la carrocería antes de lacar, pero ese proceso es exactamente igual que en un 1:24, por lo que me ahorro la explicación.



El interior todo-en-uno, es un poco rollete de pintar: Primero, imprimación a todo. Luego, el mismo color que a la carrocería. Ahora, con un pincelito y paciencia, pintamos los asientos y la parte superior del salpicadero con negro mate. En el coche real el resto del salpicadero es de fibra, por lo que lo suyo sería ponerle fibra también al modelito. Puesto que el tiempo es oro y que poner las calcas de fibra en esta escala en una zona donde apenas se van a ver es todo un suplicio, yo opté por pintar la zona con metallic black de gunze, que para mi gusto tiene el brillo y grano suficiente para dar el pego. Los cinturones primero los pinté de blanco para evitar que la pintura roja se transparente y queden muy sucios. Luego puse las calcas y a correr.



La rueda de repuesto es otra de las cagadas de Provence: viene en una sola pieza, llanta y neumático todo en uno que hay que pintar con paciencia y mucho pulso. Para colmo no vienen los radios, lo cual me hace suponer que el amigo Cornú pretendía que la rueda estuviese colocada bocabajo. Por suerte tenía unos radios sobrantes de otra maqueta y aunque estaban bastante maltrechos, al poner las cinchas que la sujetan se disimulaban bastante.

Y aquí empieza lo divertido: las barras antivuelco. Lo fundamental es documentarse bien de cómo eran estas barras en el coche real, que además pueden variar de un año para otro. En este caso hay que tener cuidado, que en el 96 y a principios del 97 eran distintas que en el 98. Para hacer la jaula utilicé una varilla de evergreen de cero coma nosecuantos milímetros (no recuerdo la medida!) previamente pintada del color correspondiente. En otras marcas de 43itos los interiores vienen desmontados y es más sencillo y cómodo montar la jaula antes de pintar, pero Provence es Provence y pintar el interior con las barras puestas es una tortura.

Éste es mi método para la jaula, inspirado por el amigo Pepepe: Doblo la varilla en forma de U, la meto por los agujeros que hice antes al lado de los asientos y pego una de las patas. Cierro la maqueta con la carrocería y ajusto la varilla moviendo la pata que no esta pegada hasta que la U ajuste perfectamente en techo y laterales, apretando con los dedos en los rincones para doblar el palito. Ahora fijo esa pata con ciano y ya tengo el arco principal.



Para que la parte central de la jaula quede a la misma altura en ambos lados, dependemos principalmente de los tirantes que bajan hasta las torretas de la suspensión trasera, que han de ser exactamente iguales. Una vez puestos, evitamos que se muevan colocando una de las barras diagonales.




Con un rotulador marcamos el punto donde ambas diagonales se cruzarían, cortamos la varilla a la medida correspondiente y colocamos los dos palitos que completarán la X. Es recomendable ser generoso con el ciano para evitar tener que enmasillar y repintar.



Ahora vienen las barras horizontales donde irán anclados los arneses, de nuevo marcando con el rotulador y cortando por el punto. Repetimos la historia de las diagonales en los laterales de la jaula, y para rematar el asunto, ponemos un goterón de pintura en cada junta. El resto de barras verdes no tienen ningún misterio.



Es el momento de poner las piezas al interior: volante, palancas y cinturones. Los cinturones hay que engancharlos en las barras horizontales que hay tras los asientos. Para rematar el asunto solo faltarían las barras que van tras el pilar A: Se marcan con la carrocería puesta, se colocan por dentro, se sujetan con unas pinzas para que un extremo toque el techo mientras el seca el pegamento del otro extremo en el salpicadero y se pintan como corresponde. Las barras que irían en el techo yo no las pongo, pues asomarían por la ventanilla y no sucede así en el coche real. Jo, vaya lío de descripción...



Con las ruedas tocó echarle imaginación: Los frenos quedaban muy al fondo y se creaba un sobrecogedor vacío entre radios y disco, cantando a la legua que no hay buje que valga, por lo que opté por elevar los discos pegando trocitos de varilla de evergreen en el fondo de la llanta y disimular un poco el asunto.




Las ventanillas en el modelo real llevaban un reborde negro por el interior, y provence lo soluciona dando unas calcas rebeldes y de tamaño y forma de lo más imaginativo. Después de 3 minutos peleando con las puñeteras pegatinas, decidí pasar olímpicamente y pintar esto con un rotulador indeleble apoyado en el borde interior de los vacuoformados. Esto me dió un borde definido y solo tuve que repasar con negro desde esta marca hacia fuera. Pinté de negro los interiores, pegué las ventanillas con cola blanca, quité las pelusillas que pudiera haber y cerré el cochecito.



Para las faldillas utilicé un trozo de bolsa de plástico naranja y celo mate, que le da un aspecto de goma la mar de convincente. Para las antenitas, un hilo de pescar pintado de plata dentro de un trocito de aguja de jeriguilla naranja y ambas cosas dentro de un trocito de jeriguilla verde. El escape es otro trozo de aguja, esta vez de la reserva especial, creo que es de calibre 12.

Sólo queda ponerle las ruedas, atornillar el coche a la peana, pegarle los 4 detallitos con epoxy y listos, a empezar otra maqueta. Fotos del resultado:



OJO, este es mi método, claramente mejorable y ampliable, pero creo que puede servir como base para los que aún le tengan miedo a la escala.


5 Comments:
Anonymous Anónimo said...
Muy bueno el paso a paso,eres un maquina.saludos

Anonymous Anónimo said...
Nada, nada, no se a qué esperas para publicar un librejo.
Por cierto, veo que entraste de muy jovencito en el maravilloso mundo de los microporos.

Anonymous Anónimo said...
Muchas gracias por este tutorial.

Anonymous Anónimo said...
QUE GRAN BLOG!! QUE GRANDE ERES Y COMO NOS REIMOS AL SENTIRNOS IDENTIFICADOS CON ALGO... NO DEJES NUNCA DE ACTUALIZAR ESTA PÁGINA. ME SIRVIÓ MUCHO TU ARTICULO DE LOS PILOTOS TRASEROS, MI LANCIA DELTA HF 4WD TE LO VA A AGRADECER TODA SU VIDA! Klose.

Anonymous Anónimo said...
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